domingo, agosto 23, 2015

EL PENAL QUE APENA



Por un momento lo invadió la culpa y hasta una cierta desazón, estaba seguro de que después de ver cuatrocientas veces que se viera la repetición en la televisión verían que no fue penal, quedaría en en evidencia su simulación. Seguramente no tendría el valor de decir que la pelota se le había adelantado como queriendo correr una carrera personal, como si hubiese cobrado vida y picó en punta derecho a las manos del arquero, el esférico  que se arrastró por el pasto del área, antes de que las manos enguantadas la atraparan y le diera punto final a las ansias de gol.

El delantero logró con la puntita del pie adelantarle la pelota al arquero y un poco por fruto del esfuerzo y otro poco por decisión propia, se cayó, tenía los ojos bien abiertos y vio la tribuna en una expectante tensión y de repente el piso como único paisaje.

Fue por costumbre que comenzó a dar vueltas como sufriendo de algún dolor penetrante, pero al mismo tiempo pensó que si cobraban el penal lo tendría que patear (era el encargado) pero si estaba MUY lesionado no podría, así que frenó sus convulsiones y miró en dirección del cielo, se tomó la cabeza, siempre lo hacía, le pegaran donde le pegaran se tomaba la cabeza con las dos manos y ponía una cara que ningún árbitro del mundo podía dudar de que se trataba del rostro mismo de la tragedia.

Sus compañeros vinieron a saludarlo casi como si hubiese convertido un gol ¿qué festejan? ,Se preguntó , festejan la posibilidad –pensó-, el estar cerca de un gol, ¿ la cercanía es merecedora de un festejo? ,ese pensamiento lo invadió como si fuera la culpa cuando acomodaba la pelota en el punto penal. ¿Se festejan otras cercanías? .... no lo sabía.

El arquero protestó con la carga emotiva de quién tiene razón, esto le produjo algo de pena al delantero...veía como el equipo contrario se deshacía en querer explicarle al árbitro cómo había sido en realidad y su argumento era que tenían razón pero no resultaba suficiente...” y yo festejando la posibilidad” dijo en su interior y hasta alcanzó a decirlo en voz alta, quizás para exorcizar esa culpa que como stopper se aferraba a su conciencia sin dejarlo pensar con claridad.

Una idea cayó en medio de su cabeza y se preguntó desde donde había venido ese centro certero puesto como con la mano...esa idea fue la de arreglar lo que había hecho, la de hacer justicia por propio pie....patear al medio el penal para que el arquero lo ataje, seguramente sería silbado, pero se sentiría mucho mejor después, además esto lo haría buscar con más ansias el gol, pero con herramientas nobles.

Lo tomaría como una reivindicación a su condición de futbolista, tener nuevos códigos...y si él se tiró , él mismo tendría que llevar la situación a foja cero.
Si, era el momento de tomar una decisión, iba a cobrar una infracción pero el infractor era él mismo: frente a frente, delantero y arquero, verdugo, víctima y la pelota como verdadero árbitro, como intermediaria, como arma para la ejecución.
Hizo varios pasos para atrás, estaba a punto de jugarse de verdad, apretó los dientes, corrió hacia la esfera y pateó con una debilidad estudiada, con una suavidad justiciera, con bronca, cuanto más despacio rodaba el balón más adrenalina sentía bullir en su cuerpo ,pateó como descargándose , como purgando una condena.....como saliendo en libertad .

Al patear cerró los ojos, lo hizo con mucha fuerza, hasta sintió que le dolía la cabeza por hacer ese esfuerzo tan de golpe, al mismo tiempo pareció quedarse sordo, es probable -no tengo ningún médico cerca como para preguntarle- que por como forzó los músculos del rostro.

La sordera sumada a los ojos cerrados lo alejó de la realidad por unos instantes, cuando los abrió vio la tribuna detrás del arco que estaba sumida en un enloquecido festejo ( no ya de la posibilidad –pensó. La diferencia entre lo posible y lo concreto no se puede analizar ni diferenciar desde el festejo-volvió a pensar) un compañero suyo lo empujó al piso, luego los otros fabricaron una babélica torre uno sobre otro y todos sobre él.

Esto además de la vertical, le quitó la concentración en sus pensamientos, ya desde el piso, mientras no paraban de felicitarlo, pudo ver a otro jugador que también estaba tirado en el suelo, por la ropa pudo distinguir que era el arquero del equipo contrario, por un momento el delantero lo vio como el símbolo de la derrota ,mientras miraba su cuerpo desparramado sobre la línea del arco, hasta que llegó hasta su rostro, que lo miraba

Fijamente

y con una punzante

,agobiante,

acusadora

destructora

maliciosa ,

vengativa y

enorme sonrisa.

El goleador se levantó con derrota en sus piernas, - se lo dejó hacer. estoy seguro !!!-pensó-. Esa es su venganza. "Esto lo hizo para que me quede con la culpa metida en el ángulo de mi conciencia"

El arquero sacó la pelota del arco y la tiró hacia la mitad de la cancha, mientras la pelota volaba, casi por gusto, hasta llegar al círculo central, el delantero cabizbajo se prometió así mismo que esta noche no miraría tele y que hoy haría otro gol, era un goleador y tenía todas las posibilidades para lograrlo ,esa idea lo sacó de su depresión,gritó como si ya lo hubiese convertido, saltando, levantando los brazos y mostrando la remera que tenía debajo con una foto de Barney con la inscripción “te quiero yo y tu m픿qué hacés loco?,le preguntaron sus compañeros.Festejando la posibilidad; contestó; mientras se sacaba la remera, esto le hizo olvidar tanta angustia pasada recientemente, le hizo olvidar la traición del arquero que seguramente se dejó hacer el gol, le hizo olvidar lo fácil que puede ser el pasar de víctima a victimario, se olvidó de que en el primer tiempo le habían puesto amarilla por protestar y así sumido en un completo festejo de algo por suceder, seguía revoleando la remera subido al alambrado, la revoleaba como para darse impulso para volar, la revoleaba por el aire como la amarilla que sacó el árbitro de su bolsillo, la revoleaba y producía un zumbido en el aire ,como la roja que el arbitro sacó de su bolsillo posterior ;amarilla más amarilla da roja.

Las combinaciones de los colores así como los festejos, en el fútbol no suelen suceder como nosotros quisiéramos esto siquiera llegó a pensarlo,estaba muy preocupado en esquivar lo que le tiraban de la tribuna y tratando de no mirar esa sonrisa ,esa terrible sonrisa, esa maliciosa sonrisa del arquero, insoportable sonrisa ,aburrida y efectiva sonrisa ,como jugada preparada, como un penal errado, como un vestuario solitario y frió.
































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